Carlos David Sánchez

AZOTE se resiste a la cohesión: es una exploración visual de la ruptura. Refleja caminos inciertos que los gravity  trazan a través de las periferias de las ciudades y de los sistemas que intentan borrarles. Moldeado por las mismas fuerzas estructurales que siguen fracturando el futuro de los jóvenes en todo el país. Busca replantear la «gravedad» no como una desviación, sino como una práctica de supervivencia, fe y determinismo ante la vida.

Esta historia le apuesta a romper las narrativas dominantes. Surge de los márgenes, de barrios marcados por el abandono estatal, la desigualdad estructural y las profundas cicatrices del conflicto armado; donde la ausencia institucional es una constante y donde los jóvenes crecen navegando por la precariedad, no como una excepción, sino como una condición.

Aquí, alinearse con la muerte no es nihilismo, es una forma de relación cercana, de afecto. Es una búsqueda de significado, trascendiendo la identidad, en un contexto en el que la vida a menudo ofrece poco más, poco menos.

Arrancando de una juventud fugaz que avanza a toda velocidad con alas sobre ruedas, cerca de los eternos, volando bajo, «azotando».