Teresita Gómez es una de las pianistas más importantes de Colombia.
Sus padres adoptivos Valerio Gómez y su esposa, María Teresa Arteaga, recibieron a la bebé en adopción en 1943 y la bautizaron con el nombre de Teresa Gómez Arteaga.
Desde muy pequeña se obsesionó por aprender a tocar el piano y sus padres que eran celadores del palacio de Bellas Artes de Medellín la ayudaban tarde en la noche a escondidas, para que la niña pudiera acercase al instrumento ya que para ellos estaban prohibidas esas licencias.
Ella memorizaba las piezas clásicas que los profesores y los alumnos trabajan diariamente y en las noches trataba de repetirlas en el instrumento.
Una noche la profesora Marta Agudelo de Maya, quien se había quedado en el instituto por fuera del horario laboral, descubrió in fraganti a la pequeña. Ante la angustia, sus padres le pidieron disculpas a la profesora con el temor de perder su empleo.
Sin embargo la profesora Agudelo respondió con sentido humano y se ofreció a darle clases gratuitas a la niña, quien estaba empecinada en ser pianista.
Teresita con su buen humor dice que su infancia fue la de una “negrita” que se educó en un palacio blanco y lejos de tocar currulaos y cumbias, se especializó en Bach y Beethoven, música clásica por excelencia.
Hoy Teresita Gómez se cuenta entre las mujeres pianistas más importantes de Colombia y del continente y para este homenaje que el Ministerio de Cultura y el FOTOMUSEO le rinden a las líderesas colombianas en las diferentes áreas de la vida, es un orgullo presentarla ante ustedes.