Tal vez ninguna expresión artística se ha democratizado de una manera tan abrumadora como la fotografía en el siglo XXI. Si bien la tecnología ha sido el motor para que las imágenes fijas sean omnipresentes en nuestra vida cotidiana, poco a poco la sociedad comienza a entender el valor de educar y cultivar la mirada de una manera crítica pensando en el punto de vista, en el poder de quien fija su objetivo sobre la naturaleza, los sujetos, o las expresiones humanas y en la propia democratización al acceso de los medios de producción fotográfica.

Fotomuseo ha contribuido de manera decisiva en reconocer a quienes llevan décadas reflexionando con la mirada sobre sus realidades ficticias, imaginarias o pretendidamente ajustadas al relato periodístico.

La tarea de dialogar desde la región, la ciudad y el país con el mundo, tendiendo puentes entre trabajadores y artistas visuales de diversas procedencias, sensibilidades y lugares sociales, ha contribuido a que los ciudadanos comprendan dimensiones y conexiones profundas de nuestra vida con aquello que pretendemos dejar fijado en una imagen análoga o digital. Si pensamos, con Barthes, que la fotografía reproduce al infinito aquello que solo ha tenido lugar una única vez, estamos ante la evidencia de que es posible, así sea de manera ritual e imaginaria, asistir a la repetición mecánica de aquello que no podremos experimentar existencialmente.

Cordialmente,

JUAN DAVID CORREA
Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes